Qfwfq estuvo allí

El Universo, a lápiz

M 27, Nebulosa Dumbbell

Posted by Qfwfq en 28 julio 2010

Messier 27; M 27; NGC 6853; Nebulosa Dumbbell, Diábolo, Corazón de Manzana

Dibujo a lápiz y grafito

Constelación: Vulpecula

Observatorio: Bonilla, Cuenca

Fecha: 9/7/2010 22:26 UT

Seeing: 8/10 ; M.A.L.E. 5,5 – 6,0

Telescopio: Meade LightBridge 10»

Ocular: Baader Hyperion 17 mm 75x 55′

Filtros: UHC

Accesorios:

Algunos datos

Esta fue la primera nebulosa planetaria descubierta de la historia. Lo hizo Charles Messier la noche del 12 de julio de 1764 con su modesto telescopio; casi 246 años después hice el dibujo. La anotó como «nebulosa sin estrellas, fácil de apreciar […] con forma oval».

El primero en hacer constar su peculiar figura fue William Herschel, que la interpretó como una capa doble de estrellas de gran longitud, apuntando hacia nosotros. Fue su hijo John el que le dio el nombre popular con el que se la conoce hoy en día, al compararla con una mancuerna (dumbbell en inglés), que se completaba en «una elipse completa con una débil luz nebular». En posteriores descripciones la compara con un reloj de arena, con la mitad sur más densa que la norte.

Con su tremendo telescopio, sin embargo, Lord Rosse debió experimentar algunos problemas para observarla en condiciones por lo que nos cuenta, y la describe como «formada por innumerables estrellas mezcladas con nebulosidad; al retirar el ojo del telescopio y contemplar la Vía Láctea, el parecido es tan impactante que es imposible no sentir una fuerte convicción de que la nebulosidad de ambas tiene su origen en la misma causa». Algo desencaminado iba, el conde.

La verdadera naturaleza de M 27 no se pudo asegurar con claridad hasta casi cien años después de su descubrimiento, gracias a la novedosa espectroscopía empleada por William Huggins, quien nos explica que «la luz de esta nebulosa […] permanece concentrada en una línea brillante […] no hay trazas de otras líneas, ni se ha detectado el más débil espectro continuo». Esta ausencia de espectro continuo delata que el brillo de la nebulosa no se debe a la luz de estrellas no resueltas, si no más bien a gas ionizado.

Ya en estas páginas apareció su hermana pequeña, M 76 la Pequeña Dumbbell (que por cierto tengo pendiente pasar por el escáner de nuevo e intentar sacarle más partido al dibujo original). Como ya comentamos en aquella ocasión, parece ser que se trata de una estructura similar a M 57, pero vista en una dirección perpendicular a su eje de simetría principal.

La Nebulosa Dumbbell es posiblemente una de las mejor estudiadas del firmamento, junto con M 57. La pequeña enana blanca central responsable de la ionización del gas de la nebulosa brilla con magnitud 13,5, en los límites de percepción de mi telescopio en las mejores noches. Sin embargo, su clase espectral O7 nos advierte de los 85 000 K de su superficie. Con un tamaño de tan solo el 5,5% del diámetro solar es, sin embargo, una de las mayores enanas blancas conocidas. Tiene una débil compañera de magnitud 17 que se encuentra a tan solo 2500 UA de ella.

Quizás debido a la presencia de esta compañera, la nebulosa tiene una estructura imbricada, que se hace aún más patente en las fotografías, en las que se ve una sucesión de distintas envolturas y halos que se extienden más allá de lo visible a simple vista.

Como ya hemos comentado en alguna ocasión, la distancia a las nebulosas planetarias no es fácil de determinar. Midiendo la paralaje de la estrella central con el Telescopio Espacial Hubble se obtiene una distancia de 1350 años luz desde el Sol. A esa distancia, la nebulosa mediría más de seis años luz de diámetro.

La parte externa de la nebulosa se extiende a 2,3″ por siglo, mientras que la interna, más rápida, lo hace a 6,8″ por siglo. Esto nos permite estimar la edad de la Nebulosa Dumbbell en algo más de 9000 años.

La observación

Esta nebulosa es la segunda más brillante de las planetarias si nos fijamos en su magnitud aparente de 7,4, solo superada por los 7,3 de NGC 7293, la Nebulosa de la Hélice. Sin embargo, si atendemos al mucho más descriptivo valor de su brillo superficial, queda claro que es mucho más fácil de observar que esta última. Realmente está al alcance de todos los telescopios, e incluso unos prismáticos de 50 mm de abertura pueden insinuarnos la forma de diábolo de la nebulosa.

Es además grande: su parte visible abarca más de seis minutos de arco, mientras que los halos exteriores cubren quince minutos de arco, como media luna llena.

Como además alcanza bastante altura sobre el horizonte para los observadores de estas latitudes, la atmósfera suele estar en mejores condiciones para la observación que para objetos más bajos. Este dibujo lo hice unas horas antes que el de M17, y la calidad de la visibilidad era francamente mejor.

En esas condiciones se podía ver una figura contrastada y de bordes definidos, sobre un fondo bastante estrellado. En esta ocasión solo pude ver una estrella superpuesta cerca del borde oeste de la nebulosa; en anotaciones anteriores he llegado a apreciar otras dos. De la estrella central no hay rastro, ni con visión indirecta.

Tiene forma oblonga, de melón, con su eje mayor en dirección noroeste-sureste. Sin embargo, es más brillante en una banda que sigue su eje menor y se ensancha a los extremos, con forma de corazón de manzana. El lóbulo sur es algo más brillante que el norte.

Un filtro UHC hace más evidente la forma elíptica, y el OIII permite apreciar un aspecto granuloso en los lóbulos brillantes.

El dibujo lo hice en cincuenta minutos, y la calidad del cielo fue cayendo a medida que lo hacía e iba subiendo la humedad ambiental (59%). Menos mal que no hizo frío. Para los más curiosos, aquí está el original.

Como llegar

M 27 está al sur de la estrella 14 Vul, a medio camino entre la estrella 13 Vul y θ Sge. La zona es bonita, aunque carente de estrellas brillantes. De cualquier modo, la nebulosa es suficientemente grande y brillante como para encontrarla sin dificultad. Como de costumbre, aquí está mi carta de localización de M27 por si os sirve de ayuda.

Deja un comentario